¿Cómo escribir sobre temas complejos para niños?

Me gustaría platicarles cómo fue que decidí escribir mi primer cuento infantil Los niños y la Gran Pared Invisible. Mi proceso quizás fue diferente al de otros autores, yo no escogí el tema sobre el que quería escribir, más bien el tema fue quien me escogió a mi.

Soy mamá de una hermosa niña con Síndrome de Down, se llama Andrea. Y desde que ella era muy pequeñita, supe que quería escribir un libro sobre la discapacidad, que tenía que compartir lo maravillosos que son estos niños y hacer visible esta barrera invisible con la que muchas veces sin darnos cuenta, los hacemos a un lado.

Al principio, no sabía qué formato usar. No estaba segura de si sería mejor dirigirme a los adultos o a los niños. Después de mucho darle vueltas al tema, se me fue aclarando el panorama. Me di cuenta de que lo mejor sería escribir un cuento infantil del que pudieran disfrutar también los adultos. Sobre todo tratándose de los más pequeños, tendrían que leerlo con sus padres, abuelos, hermanos grandes o maestros. Creo que al final lo que escribí fue un cuento con el que personas de cualquier edad se pueden sentir identificadas, y tratándose de un tema tan vital, definitivamente este fue el resultado que estaba buscando.

Ahora bien, como el tema en sí es de naturaleza sensible y compleja, es crucial que al abordarlo sepamos elegir elementos con los que los niños se sientan inmediatamente identificados y que sean de fácil acogida en su imaginación. Por ejemplo, yo elegí a un Mago todopoderoso, quien es básicamente el que manda y da las ordenes en el mundo imaginario en el que se desarrolla mi historia. La magia siempre es algo que llama la atención en los pequeños. El resto de los personajes que aparecen en el cuento son niños, incluidas las dos protagonistas que son dos niñas valientes y con un gran corazón. Esto es importante mencionarlo, porque los niños que aparecen en el cuento tienen más o menos la misma edad que los lectores hacia los que quise dirigir la historia, es decir entre 8 y 12 años, logrando que el niño lector se identifique con los personajes más fácilmente.

En mi historia, una de las protagonistas tiene discapacidad y la otra no. Quise darle a ambas un papel igual de trascendente en la trama, ya que en el desarrollo del cuento, uno de los mensajes centrales que quise transmitir es la inclusión y cómo las cosas que tenemos en común nos pueden unir más de lo que las cosas que tenemos diferentes nos pueden separar.

Lo más importante será lograr que los niños se enganchen con la historia, si la historia es aburrida, no captaremos su atención. Para ello hay que buscar elementos de aventura, de magia, de fantasía o de cualquier otra cosa que logre provocar en ellos curiosidad y emoción por seguir leyendo.

Otro elemento esencial es el lenguaje que vamos a utilizar. Trataremos de crear una historia interesante para ellos, pero que sea de ágil lectura, fácil de leer para que la historia fluya y se haga ligera. Para ello, nos ayudaremos con las ilustraciones, que son una parte imprescindible en un cuento infantil.

Las ilustraciones le dan un respiro a los pequeños entre tantas letras, y estimulan su imaginación mediante imágenes, que refuerzan la forma como ellos mismos están recreando la historia en su mente. Ahora bien, hay que saber medirse con las ilustraciones, y dejarles siempre un espacio suficiente para que ellos imaginen las cosas como quieran, sin ponerles límites. Por ejemplo, en mi cuento las ilustraciones son pocas, en primer lugar porque es un cuento para niños en edad escolar intermedia, que no necesitan tanto apoyo visual y en segundo lugar, porque quise darle más espacio a su propia imaginación.

Es fundamental, como en cualquier cuento o relato, que el cuento tenga un inicio, un desarrollo y un desenlace claramente identificables. De esa manera será mucho más fácil para el niño entender la historia y captar el mensaje que queremos darle. En el caso particular de mi cuento, traté de que la historia fuera lo suficientemente clara como para que cada niño pudiera imaginarla en su propio entorno y encontrar las similitudes entre el mundo de fantasía y el mundo real.

Nunca debemos desestimar su inteligencia, no por ser niños debemos dirigirnos a ellos como si fueran tontos o no entendieran las cosas. A menos que el cuento sea específicamente pensado para bebés o niños muy pequeñitos, debemos tratar de explicar los conceptos con claridad suficiente pero sin subestimarlos. Los niños entienden las cosas a veces mejor que los propios adultos.

Por último, creo que los cuentos infantiles son una herramienta maravillosa que tenemos los autores para intentar transmitir a los niños mensajes trascendentales. Por eso hay que escribir muchos cuentos cargados de mensajes positivos, de inclusión, de amor, de responsabilidad social y de esperanza.

Recordemos que los niños de hoy son los adultos del mañana. Son nuestro futuro, y un tesoro muy preciado. Alimentémoslos siempre de optimismo, sin caer en la ingenuidad.

Marcela Fonseca

Autora de Los niños y la gran pared invisible

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